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El silencio: Herramienta psicoterapéutica


El comienzo de la sabiduría es el silencio

-Pitágoras

El silencio es una de las mejores herramientas que tenemos los terapeutas para invitar al cliente a que contacte con su experiencia, usualmente el cliente tiende a hablar demasiado acerca de, lo cual evita que contacte su experiencia. Con el silencio la persona logra contactar con sus sensaciones y sus sentimientos, adquiriendo con ello un aprendizaje de su contacto.

Cuando el cliente se queda callado es importante brindarle la oportunidad de vivir sus silencios y vivenciar sus espacios, claro que permitir esto no significa que no le estemos escuchando, el silencio también transmite, su expresión corporal, e incluso en qué momento se ha quedado en silencio, nos pueden ayudar a decidir si intervenir rompiendo el silencio o manteniéndolo.

Sin embargo, en ocasiones el silencio no es más que un espacio de tiempo en el que el paciente se está armando de valor para decir lo que aún no está dicho. Es un espacio que el terapeuta y el cliente co-crean, el terapeuta confiando y respetando las herramientas y tiempos de sanación del cliente y el cliente permitiéndose el espacio para contactar con sus necesidades.

Cuando el cliente está en silencio nuestro labor como terapeutas es acompañar esa experiencia con una escucha activa, observando la posición de su cuerpo, su lenguaje corporal, su fenomenología, si, notamos que trata de evadir el contacto rompiendo el silencio suprimir esa acción, puesto que la finalidad de ese momento es que contacte con aquello que está evitando, diciéndole “ en este momento quédate en silencio, siente aquello que está evitando (enojo, miedo, tristeza, amor o alegría)” posteriormente invitarlo que lo focalice “en cuál parte de tu cuerpo sientes la __________(emoción, de la que estemos hablando)?”, para llenar al cliente de energía, con el silencio invitarlo o invitarla a que intensifique su sensación hasta donde le sea posible, sin que se lastime. Esa una propuesta de utilizar el silencio como técnica supresiva de la terapia Gestalt.

Cuando el silencio se torna incomodo posiblemente está siendo utilizado malamente por parte del terapeuta y no surge de la necesidad genuina del campo.

¿Como saber cuándo romper el silencio?

Cuando el cliente ha contactado con su experiencia después de un espacio de silencio, como terapeutas lo podemos identificar: Cuando el cliente esta contactando usualmente desvía su mirada del terapeuta y se centra en sus experiencia, cuando ha contactado o está listo, buscara la mirada del terapeuta, esto puede ocurrir en un fugaz momento, por lo tanto es importante que en todo momento estemos con una presencia activa en la relación terapéutica, para poder identificar cuando el cliente esté listo, de otra manera el silencio podría convertirse en Deflexión.

En mi experiencia terapéutica.

Cuando le he dado al cliente el espacio suficiente para que me exprese como se siente a su propio ritmo, se crea un clima de aceptación de respeto, pero sobre todo de confianza, pues parto desde la idea de que el cliente tiene la capacidad para marcar sus propios ritmos.

El sentimiento más profundo se revela siempre en silencio, en una ocasión atendí a un apaciente con problemas de obesidad, ella refería que ya había hecho de todo para bajar de peso y no lo lograba, me decía “ya hasta consumí drogas, y no logro bajar” cuando comienzo a indagar si siempre tuvo sobre peso, que sentía al comer, poco a poco y con paciencia comienza a hablarme de sus recuerdos y de repente se queda callada, y comienzan a brotar las lágrimas, cuando ella busca mi mirada, me dice “esto nunca se lo he contado a nadie” y guarda silencio de nuevo, comienza a sollozar de nuevo y después de un momento en silencio, en el que ella contacto con su experiencia me cuenta “… cuando yo tenía 9 o 10 años mi hermano en 3 o más ocasiones estuvo a punto de violarme, nunca llego a hacerlo porque algo pasaba, yo tenía mucho miedo de quedarme sola en casa, y comía mucho, y comencé a engordar y mi hermano me empezó a decir que miraba fea y que le daba asco… y me comencé a sentir segura…. (silencio contemplativo) y comencé a engordar más y más…)". En este caso el uso adecuado del silencio fue favorecedor para que la persona se pudiera abrir, y compartir una experiencia sumamente dolorosa, en la cual su ajuste creativo fue subir de peso, como resultado de un campo amenazante.

En mi experiencia personal

Actualmente considero que he aprendido bastante del silencio, es una de las mejores herramientas en la psicoterapia, sin embargo anteriormente yo era una persona muy desesperada y cuando platicaba con alguien me enfadaba porque no estructuraban rápidamente sus oraciones, si una persona me decía “hoy me fue…. (yo pensaba, hoy le fue, bien, mal, aburrido, estresado un montón de palabras para concluir la oración, no lo externaba, pero lo pensaba y dejaba que la persona terminara su frase)", cuando yo hacía eso estaba en mi experiencia. El estudiar la carrera de psicología me ayudo a darme cuenta de este proceso que yo tenía y lo fui adaptando mejor a mis necesidades, trabajando mi paciencia, mi respeto por la experiencia del otro.

Datos de la autora

Psicóloga Gestalt

Alelí Gutiérrez

(664) 291 3653

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