Aceptando emociones, creciendo con salud
- Aleli Gutiérrez
- 11 oct 2018
- 5 Min. de lectura
Una compañera del trabajo de mi esposo, la cual está embarazada le preguntó; ¿Cómo le hacen ustedes para que Luna (mi hija) no haga berrinches?, a lo cual le responde mi esposo, “la verdad no hacemos nada, porque si los hace, lo que hacemos es estar allí, algo que hacemos es no mentirle, si le dijo que la llevó a los juegos cuando terminemos de hacer el súper, se lo cumplo y la llevo, pero si le digo que no podré llevarla, también lo cumplo”.
Esa conversación originó que pensara en esta plática, y me llena de alegría descubrir que de las pláticas más sencillas, se prestan a temas importantes que le pueden servir para documentarse a alguien más. Mientras platicaba con mi esposo sobre nuestra amada hija, y como vamos modelándole las emociones y el manejo de ellas, me di cuenta que solemos hacer algo que es muy importante y benéfico para su desarrollo y sana integración de las emociones y sentimientos. Lo cual les compartiré queridos lectores y ustedes opinen al respecto.
Emociones
Muchos de los padres queremos que nuestros hijos sepan cómo expresar sus emociones de una manera saludable, que cuando están enojados no se vuelvan agresivos y destructivos y la tristeza la logren manifestar sin lastimarse, y obviamente que logren diferenciar una de la otra.
Usualmente nos dicen que hay emociones malas y buenas, sin embargo yo no creo que dicha clasificación sea acertada, las emociones no son ni buenas ni malas, ¡simplemente son! Me basare en las emociones básicas que menciona Miriam Muñoz; Miedo, Alegría, Tristeza, Enojo, Afecto o Amor, normalmente aquellas emociones que se clasifican como negativas o positivas variarán culturalmente, sin embargo, la mayoría de las personas percibe como negativas el miedo, tristeza y enojo, aludiendo “sentir eso no deja nada bueno”, todas las emociones tienen su función de ser, TODAS, nos ayudan a contactar con los demás, la diferencia está en que tan flexible o rígido soy para demostrarlas o expresarlas.
El Miedo nos ayuda a identificar el peligro, ha ponernos en un estado de alerta, la Alegría nos ayuda a llenarnos de energía para contactar con los demás, con la Tristeza; podemos identificar nuestras necesidades, nuestras carencias, es una oportunidad para analizar nuestro interior, por otro lado el Enojo, sirve para marcar límites, poner un alto a X situación y el Afecto; nos permite contactar con los demás, nos permite ser-en-el-mundo.
La principal manera mediante la cual aprendemos es a través del modelaje, comúnmente los padres enviamos dobles mensajes confundiendo a los hijos o hijas, por ejemplo a veces los padres están discutiendo y cuando el pequeño (a) pregunta “¿Qué pasa?, solemos responder –No pasa nada, quédate tranquilo”, negando el enojo, tristeza, miedo e inclusive el afecto. Mi teoría es que cuando los adultos reaccionamos negando o minimizando nuestras emociones le mandamos el mensaje a los pequeños que dichas emociones no son buenas sentirlas, y mucho menos reconocerlas o expresarlas. Y por lo tanto cuando ellos las sienten, no saben cómo vivirlas, me quedo con la impresión que los menores, se imaginan así mismos como los únicos que se sienten así. Y hasta cierto punto, hipotéticamente creo que se han de percibir como malos, ya que ellos, los niños son los únicos que se permiten expresar libremente sus emociones en una sociedad de represiones.
¿Qué hacer?
La expresión de las emociones es importante para poder contactar con nuestra necesidades y con los demás, en el caso de niños pequeños, como mencione previamente ellos aprenden de nosotros, de las películas o caricaturas que miran, por eso es importante supervisar el contenido.
En el caso de los berrinches anteriormente se decía, “déjalo allí tirado, y vete, es solo una rabieta”, yo no recomiendo que sea lo mejor, es importante contener, que el pequeño se sienta escuchado, la realidad es que un niño o niña de 2 años no se comporta así para manipular, simplemente es la única manera que conocen para expresarse, por medio del llanto o del enojo.
La fórmula que propongo consiste en reconocer la emoción + generar empatía + mantenerte firme (pero amorosamente) + contener. Por lo tanto brindar contención se refiere a mencionarles algo parecido; “entiendo que estés enojado en este momento, yo también lo he llegado a estar, pero, hoy no podemos llevar el juguete, te puedo abrazar y consolar”.
Observando a mi hija y a otros niños pequeños de mi alrededor me he dado cuenta que la mayoría primero logra expresar el enojo, después el miedo, pero muchos también lo expresan como enojo, algunos logran verbalizar la tristeza, pero también suelen expresarla con irritabilidad y el afecto o alegría suele demostrarse eufóricamente, ósea, que hay prácticamente 2 estados emocionales, alegría o enojo, y puede que en lugar de enojo sea, miedo o tristeza, por eso es importante estar alertas para saber cual emoción nuestros pequeños y pequeñas están experimentando y ayudarles a conceptualizarlas.
En mi experiencia personal
Aunque en teoría suena fácil, la realidad es que en la práctica es difícil.
Hace tiempo mi esposo y yo discutíamos, nada grave, solo levantamos un poco la voz y pregunta mi hija, la cual tiene 3 años, -¿Están enojados, están peleando? Y le respondo – En este momento estamos enojados y estamos discutiendo, pero también lo estamos solucionando, es normal y está bien enojarse, lo que no es bueno es lastimar cuando nos enojamos-.
Respecto a los berrinches ha llegado a ser sumamente difícil para mí, pero me prometí a mí misma, que no educaría a mi hija con golpes ni violencia, así que me he pasado varias horas conteniéndola, y respondiéndole que no le voy a comprar X juguete, no le permito que me golpee, y tampoco que me insulte. Y cuando siento que estoy por vencerme de acuerdo que “todo pasara” y se que el próximo berrinche será menos intenso.
También me ha servido mucho comentarle lo que espero de ella, por ejemplo, antes de salir rumbo a la plaza le comento; “vamos a ir a la plaza, primero vamos a ir a comer, después a los juegos, y te puedo comprar una sola cosa, no dos, solo una, vamos a divertirnos y a pasar un buen momento” cuando es tiempo de entrar a los juegos, le digo “cuando falten 5 minutos para irnos te voy a avisar para que juegues con lo que más te gusta antes de irnos” de esta manera ella logra regular y despedir de su juego favorito o interiorizar que se subirá una vez mas y posteriormente nos iremos, y me ha funcionado de maravillas, porque sale sin hacer pataletas.
Una caricatura que me encanta es la de Daniel el tigre ya que poco a poco el pequeño tigre expresa su sentir de una manera asertiva.
Psic. Alelí Gutiérrez
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